Ver a niños jugar al básquet. Esos que recién
empiezan. Los pequeños de 6 o 7 años. A los que le bajan el aro para que
jueguen, los que se divierten en cada entrenamiento o en los partidos.
Los que se ríen porque algún compañero hizo una
monería, que juegan amontonados sin estar haciendo las señas de cómo tiene que
pararse el equipo en cancha cuando ataca. Son aquellos, que el profe les enseña
a como manejar el balón, a moverse dentro de la cancha, a ser buenas personas,
a respetar al que tienen al lado y humildes.
Son ellos, los de pantalones cortos que para
ellos son largos y remeras que les
llegan a las rodillas. Los que piden la naranja todo el tiempo. No tienen
excusas para ir a entrenar ni miedo a fallar.
Los que te enseñan a ver que nada es
imposible y que si caes vuélvete a levantar con toda más fuerza para salir
adelante. Que te hacen que veas que en la vida todo es fácil. Los que salen con
una sonrisa aunque hayan perdido, porque solo les importa jugar y que ninguno
es favorito de nadie.
Los que dejan todo en los entrenamientos para
que el entrenador los tenga en cuanta. En fin. Son ellos, que año tras año van
creciendo, que pasaron por todas las categorías hasta jugar en la primera y
siguen con ese niño en su interior. Esos niños de alturas que van desde el
metro setenta a los dos y monedas, sin importar las edades, los gustos
musicales, marcas, forma de juego, personalidad, etc.
Esto es lo que veo de este equipo de Instituto
para el Torneo Nacional. En simples palabras… los chicos de los mosquitos (categoría
inicial en el básquet) jugando profesionalmente.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario